Todos los que leéis mis reflexiones, sabéis que soy sistémica y la publicidad sistémica también tiene un refuerzo, en mi caso, en pareja.
Es mi marido el que en su taller de muebles, ahora, le piden mamparas y aquí está una de ellas, casi al final del proceso.
Reconocer el talento de otros, también, es recomendable con el talento de la propia pareja, la adaptación y las posibilidades que tiene en sus manos, mi marido, me sigue sorprendiendo y sorprendiendo, como con sus manos pueden transformar, la madera, para lo que se necesite.
Los clientes son un buen termómetro del servicio, de la implicación en sus necesidades, de la disponibilidad y adaptación al espacio económico que se dibuja, cambiante y a veces, fugaz.
Así que aquí está esa idea y compresión del entorno profesional y laboral. El cliente, tu disponibilidad, atender la necesidad de amueblamiento del hogar, es lo que llevan tres generaciones haciendo, en el caso de mi marido.
Ver cómo acepta la transmisión de ese conocimiento de muebles, desde abuelos, padre y tíos, para mí, es satisfactorio y próspero en el amor que siempre abarca el sistema familiar.
La abundancia y prosperidad llega con esa necesaria aceptación de la vocación que nace en tu familia, sea la misma actividad o distinta.
Si es la misma, tienes un conocimiento regalado al nacer, sólo tienes que desarrollarte en ello y seguir aportando un poco más de conocimiento transformador.
Si es distinta, agradece las experiencias que te ha brindado tu familia, que te deja libre o que te impulsa a que des espacio a tu poder personal para otra profesión.
Agradecer, siempre es liberador. GRACIAS.
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